En la Edad Media tuvo una gran popularidad nobiliaria: la tocaban la nobleza o los ciegos que daban noticias en la calle («Romances de Ciego»). Se ha sabido que los marineros también tocaban, y gracias a sus idas y venidas se extendió el uso de este instrumento en Euskal Herria (al igual que la trikitixa – El acordeón diatónico –). Hoy en día, en el norte de Francia y el gascón hay mucha gente, y en España Galicia es sobre todo la que mejor ha conservado la tradición.